Plan

  1. ¿Inteligencia artificial?
  2. Instrucciones para leer un texto filosófico

¿Inteligencia artificial?

¿Qué es la IA?

La expresión “inteligencia artificial” suele traer a la mente imágenes de ciencia ficción.

¿Qué se les viene a la mente?

¿Pueden las máquinas pensar?

¿Son estas manifestaciones de inteligencia?

La IA que buscábamos

La pregunta filosófica por la inteligencia de las máquinas se remonta a los fundamentos mismos de la computación.

Alan Turing ofreció las bases teóricas de lo que hoy son los computadores digitales.

También se pregunto si sería posible que una máquina puede pensar.

Todavía no tenemos una respuesta unívoca, a pesar de los avances.

También aparece en modos en que usualmente no tenemos tan presentes.

La dificultad de la pregunta radica, en parte, en que no sabemos en qué consiste pensar en el caso de los humanos. Nuestro entendimiento de la mente humana todavía necesita mayor desarrollo.

La sugerencia de Turing fue cambiar la pregunta por la inteligencia y formuló lo que ahora se conoce como el Test de Turing.

Por mucho tiempo se consideró como la medida, pero ChatGPT4 ya lo pasa. Y sin embargo, no hya acuerdo científico sobre si hay inteligencia o no

Pero eso no ha detenido a la ingienería.
No importa si en realidad hay inteligencia; importa si funciona.

La IA que tenemos y sus retos

A pesar de no tener una forma sistemática de determinar si una máquina es inteligente, tenemos ya una multiplicidad de agentes artificiales haciendo cosas sorprendentes.

¿Qué ejemplos conocen?

Sin la respuesta la pregunta, por si hay inteligencia o no, hay preguntas que igual quedan en el aire.

  • ¿Debemos proteger las “obras” de estas “inteligencias”?

  • ¿Podemos utilizar IA como un soldado?

  • ¿Podemos utilizar IA para controlar el crimen y regular a las personas?

Sin tener una respuesta a la pregunta de si se trata genuinamente de un agente artificial, no es claro cómo contestar a la pregunta por la propiedad de ese agente. Si no es claro si hay un agente, ¿Hay un sujeto de derechos? ¿Puede juzgar, como un juez o un profesor, el trabajo de ciudadanos y estudiantes? ¿Podría matar a otro soldado en un contexto de guerra? ¿Puede ayudar a combatir el crimen?

En esta asignatura, examinaremos la IA en el siglo XXI, con debates éticos y políticos como estos. La pregunta central entonces no será tanto en la naturaleza de la IA, sino en el impacto que tiene en la persona.

Instrucciones para leer un texto filosófico

Este arte no logra acabar fácilmente nada; enseña a leer bien, es decir, despacio, profundo, mirando atrás y adelante, con puertas abiertas, con ojos y dedos delicados. –Friedrich Nietzsche, Aurora, Prólogo.

Introducción

Este es un pequeño set de instrucciones para leer bien. Más precisamente, es un manual para leer filosofía bien —aunque muchas de las recomendaciones para la lectura de textos filosóficos también aplican para la lectura de otros textos académicos. Estas instrucciones han de ser entendidas y aplicadas durante este semestre en esta clase. Quizá decidan nunca seguir este método de lectura después de terminar este curso y seguir aproximándose a los textos filosóficos como lo han hecho hasta el momento. Espero no sea así. Ojalá opten por adaptar estas instrucciones, cambiándolas de la manera que ustedes consideren que se acomoda mejor a sus intenciones y necesidades. Pero para algunas de las actividades ha realizar en este curso, deberán seguir estas instrucciones detenidamente.

El objetivo central de este texto es ofrecer una base sobre la cual cada uno de ustedes pueda reflexionar sobre su manera de acercarse a leer un texto filosófico. Esta reflexión tiene como fin aprender a leer ‘despacio, profundo, mirando atrás y adelante, de puertas abiertas, con ojos y dedos delicados’. ¡Adelante!

Elementos básicos

Cuidar de sí y del ambiente

Identifique el lugar que más le aprovecha y procure realizar las lecturas ahí. No se olvide de tomar descansos.

Mantenga expectativas razonables. No todos los textos tienen el mismo grado de dificultad. Es bastante probable que haya elementos en los textos para los que necesite pedir aclaraciones. Está bien no entender. Si no entiende, busque explicar bien la razón por la que no entiende. Si no logra hacer eso, busque explicar bien la razón por la que no puede explicar bien los aspectos del texto que no entiende. La idea central es que si algo no queda claro, se intente entender por qué no le queda claro.

Buscar afirmaciones centrales y las razones para ellas

En algunas ocasiones, los autores ofrecen indicadores claros de lo que consideran su tesis principal y las razones que la apoyan. En otras ocasiones, los autores no son tan explícitos. En todo caso, haga su mejor esfuerzo por encontrar la o las tesis principales y asegurarse de poder ofrecer la o las razones principales presentadas en el texto en favor de la posición.

Tomar posición

No sólo busque entender lo que dicen los autores. Es importante también evaluar lo que dicen. Evalúe la tesis del autor pero también las razones ofrecidas en favor de la tesis. En ocasiones uno puede estar de acuerdo con la tesis del autor pero estar en desacuerdo con las razones ofrecidas. Por ejemplo, uno puede estar de acuerdo con un autor que defiende ‘que el helado de chocolate es el mejor tipo de helado’ pero en desacuerdo con las razones que lo llevan a esa posición.

Interactuar con el texto

Busque en un diccionario o una enciclopedia de filosofía los términos que no comprenda. (Por ejemplo, asegúrese de entender el término ‘dualismo substancial’ o ’epistemología’.) Hable con sus compañeros de clase o amigos de la universidad de lo que está leyendo. Procure explicarle a otros lo que lee. De esta manera puede darse una mejor idea de lo que está entendiendo y de qué posición toma sobre eso.

Rayar y anotar

Raye sus fotocopias y haga notas en las márgenes. (¡Pero no lo haga en libros prestados!) Escriba en la margen lo que va pensando sobre el texto. Desarrolle un sistema de símbolos para denotar cosas importantes, curiosas o confusas. Rayar y anotar es crucial para la lectura cuidadosa y por eso hay una sección entera dedicada a ello

Leer con ojos y dedos delicados

Leer para mapear

La idea de un mapeo del terreno es hacerse una idea inicial del texto. Si uno tiene una buena idea de lo que se trata el texto, se puede entender mejor las oraciones particulares que lo componen.

Mire el título, los encabezados de las secciones, algunos pies de página y la bibliografía. Busque en google al autor y ojee una o dos entradas. Lea el primer y el último párrafo del texto. Si el texto tiene un resumen y una conclusión claramente señaladas (por ejemplo, hay secciones tituladas “resumen” y “conclusión”), lea primero estas partes del texto y busque una formulación de los objetivos del autor. En algunas ocasiones, los autores señalan explícitamente su tesis (por ejemplo: “en este texto se defiende la idea de que …”).

Mientras que hace la prelectura, hágase las siguientes preguntas:

  • ¿Qué tipo de texto es este? ¿Es una carta, un artículo académico, o un capítulo de un libro? ¿Es una fuente principal o secundaria? -¿Cuál es el tema general del texto? ¿Cuál es el punto principal?
  • ¿Qué puede esperar del texto con base en el título?
  • Si el texto está dividido en secciones, ¿qué le dicen los encabezados de las secciones? Si no tienen nombres, ¿qué título le podría poner a cada sección?
  • Si el texto tiene bibliografía, ¿qué le dice ésta sobre el texto?
  • Haga una primera lectura. Esta lectura debe ser rápida. Suponga que llega un día a clase, sin haber leído el texto en absoluto, y le dicen que tiene 30 minutos para leer antes del quiz. Lea así de rápido.
  • Identifique el punto principal del texto. (Esto no siempre se puede determinar sino hasta el final de la primera lectura rápida. Mientras que va leyendo, vaya rayando y anotando al margen aquellas oraciones que parezcan expresar el punto principal del texto. Luego, cuando termine la primera lectura, elija una o unas de esas oraciones como la que mejor captura el punto central del texto.)
  • Busque las palabras que no entiende. La idea es identificar las palabras que son necesarias para entender el punto principal del texto y conocer su significado. No se quede atascado en esto, sólo busque aquellas que considera impiden su comprensión general del texto. Recuerde que esta es una primera lectura.
  • Identifique la estructura del texto. Raye y anote al margen de manera que luego pueda tener una buena idea de dónde se dice qué cosa.
  • ¡Rápido! No olvide que está leyendo rápido. Si identifica algo que parece ser una tangente o un ejemplo para elaborar un punto que ud ya ha entendido (o al menos cree eso) puede saltárselo en esta lectura rápida.

Leer para comprender

El objetivo principal de esta forma de leer un texto es obtener un entendimiento sofisticado de las ideas y razones presentadas. Después de realizar este tipo de lectura, debe estar en capacidad de explicarle a un amigo cómo el autor presenta sus puntos y qué razones ofrece en favor de ellos en detalle.

  • Relea el texto, despacio y con mucho cuidado.
  • Revise sus anotaciones. Complemente y edite en la medida en que lo crea necesario.
  • Tome notas, muchas notas. Trate de no hacer copias literales de lo que se dice en el texto y opte mejor por parafrasear lo dicho por el autor. Utilice sus propias palabras y sea caritativo: esfuércese por presentar de la manera más clara lo que dice el autor. Si no logra hacerlo, procure identificar aquello que se le dificulta y explíquelo de la mejor manera.
  • Haga diagramas o mapas mentales de la estructura del texto, si eso le ayuda.
  • Reuna todo el trabajo que ha hecho sobre el texto en un resumen corto que sea lo suficientemente detallado. La idea es no tener que releer el texto del autor para acordarse de los puntos centrales y la forma en que son defendidos. Cuando menos, procure identificar el punto principal, tres razones ofrecidas en favor de ese punto y tres desafíos o preguntas que le puede hacer al autor después de leer el texto.
  • Mientras que hace la lectura para la comprensión, pregúntese lo siguiente
    • ¿Sabe exáctamente lo que dice el autor? ¿Ha releido los apartados que le parecían confusos al principio? ¿Hay todavía pasajes que, a pesar de sus mayores esfuerzos, todavía no logra entender?
    • ¿Puede ver el bosque compuesto por los diferentes puntos realizados en el texto? ¿Entiende el texto como una unidad? (En la lectura rápida se hace un primer intento de encontrar la estructura del texto; en la lectura para la comprensión se busca entender cada uno de los pasos en detalle.)

Leer para evaluar

Una vez cuente con un resumen articulado, es momento de evaluar la posición del autor y las razones que ofrece. La lectura para evaluar busca que se acerque a un texto ya no sólo para recibir pasivamente de él, sino para entrar en una discusión filosófica.

A la hora de evaluar,

  • Revise sus anotaciones y mejórelas de ser posible.
  • Escriba nuevas preguntas y puntos importantes que vaya descubriendo en esta tercera lectura.
  • Formule preguntas y desafíos al texto. Agréguelas al resumen que realizó antes. Mientras que hace la lectura para evaluar, pregúntese
  • ¿Ha evaluado si cada una de las conclusiones del texto está bien defendida?
  • ¿Ha pensado cómo se podría mejorar el texto? Sea caritativo ¿podría dar razones para puntos que el texto no defiende? ¿Podría fortalecer el argumento?
  • ¿Lo convence el texto? ¿Por qué?
  • ¿Se puede construir un contraejemplo al punto principal del autor? ¿Un contra ejemplo a un punto marginal?
  • ¿Puede identificar claramente qué ‘no le suena’ o ‘le suena raro’ del texto? ¿aquello que le gustó o ‘le suena bien’? ¿Puede explicar en qué cree que se equivoca o es especialmente acertado el autor?
  • ¿Ha pensado en la forma en que se puede responder a las preguntas y críticas que le ha hecho al texto?

Para la próxima semana

Fundamentos de IA: el cambio del siglo XX al siglo XXI.

  • Lectura: Coeckelbergh, M. (2021). Ética de la inteligencia artificial. Ediciones Cátedra. Caps 5 y 6.
  • Escritura: Una página en donde se identifique la tesis central, tres razones en favor de ésta y tres dudas inquietudes o desafíos para el texto.